En pleno desierto del Thar, a pocos kilómetros de la frontera, se encuentra esta pequeña localidad, que se caracteriza por su deslumbrante fortaleza, rodeada por una muralla de 5 kilómetros, y sus casas de color amarillo construidas en piedra arenisca. La escasa presencia de vehículos de motor, le da a esta maravillosa ciudad, un fantástico ambiente medieval. Da gusto pasear por sus callejuelas y explorar sus rincones. Sus habitantes son muy amables y los comerciantes no suelen agobiar demasiado, a pesar de ser uno de los destinos turísticos más populares.
Parte de las murallas
Entrada principal a la ciudadela
En pleno interior de la fortaleza, es donde Sanjay tiene su casa, y a unos 20 metros, en un hotel regentado por un amigo (Calcuta Guest House), fue donde pasé la noche. Quedamos por la mañana temprano para empezar a recorrer las callejuelas de la fortaleza y sus principales puntos de interés, como los templos jainistas. Hay cinco en total, pero sólo se pueden visitar dos. Sus galerías y corredores están decorados de forma exquisita. En la época de la construcción, allá por el siglo XV, la comunidad jainista era bastante rica e influyente en la corte de los rajputs, y contaban con su protección. Es por ello que les permitieron edificar sus santuarios en el interior de las murallas.
Relieves labrados en el interior
Vista de los templos desde el exterior
Callejuelas en la fortaleza
Fuera de las murallas, en la ciudad baja, se encuentran los havelis, palacios construidos en el siglo XVIII por los comerciantes más ricos, cuando Jaisalmer ocupaba un lugar clave en las rutas comerciales. Tras la construcción del ferrocarril por los ingleses y la separación entre India y Pakistán, cuando se firmó la Independencia, la ciudad entró en declive económico, hasta que los conflictos bélicos entre ambos países hicieron recuperar la importancia estratégica de antaño. Hoy día, el ejercito, junto con el turismo, es el principal sector de actividad de una ciudad que en ningún momento ha perdido el esplendor de los viejos tiempos.
Fachada de uno de los havelis
Además de una fantástica ciudad, Jaisalmer es un excelente punto de partida para descubrir el desierto. Son muy populares los safaris en camello, pero yo lo deseché. Primero, no me sobraba el tiempo, segundo, ya me habían comentado lo que suelen sufrir las posaderas con estas cosas, y tercero, un amigo de Sanjay está empezando a organizar excursiones en jeep y me ofreció acompañarlo para poner en práctica su itinerario conmigo, antes de empezar a ofrecerlo a los turistas esta temporada. Ni corto ni perezoso, acepté con gusto la propuesta y salimos después de comer a explorar las aldeillas de los alrededores. Pasamos por poblaciones casi inhóspitas, a las que apenas llega electricidad ni agua corriente, cuyos habitantes viven del pastoreo y subsisten con lo que sale de sus áridas tierras. Un panorama desolador, la verdad.
Parte de nuestra expedición
Uno de los lugares más peculiares del recorrido fue la ciudad abandonada de Karwar. Según la historia, el pueblo estaba habitado por miembros de la casta de los brahmanes. Un día, cansados de la tiranía de un maharajá, decidieron coger sus bártulos y salir pitando, a donde nadie sabe. Al recorrer sus calles y templos, uno se siente como en un decorado de película de Indiana Jones, flipante.
De vuelta a la ciudad, y como colofón a tan intensivo día, subimos a un punto excepcional para presenciar la puesta de sol, el llamado Sunset Point, donde se pueden disfrutar de maravillosas vistas de la fortaleza como esta:
Me despedí con pena de este lugar y de tan acogedora gente, y esa misma noche cogí el tren nocturno que me llevaría hasta Jodhpur. El viaje no había hecho más que empezar.
Una vez más mis más sinceros agradecimientos a Sanjay, y a su amigo Chimmy por todas las atenciones prestadas y hacer de mi paso por Jaisalmer una experiencia irrepetible. Aquí os dejo sus e-mails por si alguien estuviere interesado en sus servicios, ya que van a empezar a trabajar juntos:
Sanjay: cameldriver_sanju@yahoo.co.in
Chimmy: hotelsurajjaisalmer@hotmail.com
Tfno: 09928738269
Parte de las murallas
Entrada principal a la ciudadela
En pleno interior de la fortaleza, es donde Sanjay tiene su casa, y a unos 20 metros, en un hotel regentado por un amigo (Calcuta Guest House), fue donde pasé la noche. Quedamos por la mañana temprano para empezar a recorrer las callejuelas de la fortaleza y sus principales puntos de interés, como los templos jainistas. Hay cinco en total, pero sólo se pueden visitar dos. Sus galerías y corredores están decorados de forma exquisita. En la época de la construcción, allá por el siglo XV, la comunidad jainista era bastante rica e influyente en la corte de los rajputs, y contaban con su protección. Es por ello que les permitieron edificar sus santuarios en el interior de las murallas.
Relieves labrados en el interior
Vista de los templos desde el exterior
Callejuelas en la fortaleza
Fuera de las murallas, en la ciudad baja, se encuentran los havelis, palacios construidos en el siglo XVIII por los comerciantes más ricos, cuando Jaisalmer ocupaba un lugar clave en las rutas comerciales. Tras la construcción del ferrocarril por los ingleses y la separación entre India y Pakistán, cuando se firmó la Independencia, la ciudad entró en declive económico, hasta que los conflictos bélicos entre ambos países hicieron recuperar la importancia estratégica de antaño. Hoy día, el ejercito, junto con el turismo, es el principal sector de actividad de una ciudad que en ningún momento ha perdido el esplendor de los viejos tiempos.
Fachada de uno de los havelis
Además de una fantástica ciudad, Jaisalmer es un excelente punto de partida para descubrir el desierto. Son muy populares los safaris en camello, pero yo lo deseché. Primero, no me sobraba el tiempo, segundo, ya me habían comentado lo que suelen sufrir las posaderas con estas cosas, y tercero, un amigo de Sanjay está empezando a organizar excursiones en jeep y me ofreció acompañarlo para poner en práctica su itinerario conmigo, antes de empezar a ofrecerlo a los turistas esta temporada. Ni corto ni perezoso, acepté con gusto la propuesta y salimos después de comer a explorar las aldeillas de los alrededores. Pasamos por poblaciones casi inhóspitas, a las que apenas llega electricidad ni agua corriente, cuyos habitantes viven del pastoreo y subsisten con lo que sale de sus áridas tierras. Un panorama desolador, la verdad.
Parte de nuestra expedición
Uno de los lugares más peculiares del recorrido fue la ciudad abandonada de Karwar. Según la historia, el pueblo estaba habitado por miembros de la casta de los brahmanes. Un día, cansados de la tiranía de un maharajá, decidieron coger sus bártulos y salir pitando, a donde nadie sabe. Al recorrer sus calles y templos, uno se siente como en un decorado de película de Indiana Jones, flipante.
De vuelta a la ciudad, y como colofón a tan intensivo día, subimos a un punto excepcional para presenciar la puesta de sol, el llamado Sunset Point, donde se pueden disfrutar de maravillosas vistas de la fortaleza como esta:
Me despedí con pena de este lugar y de tan acogedora gente, y esa misma noche cogí el tren nocturno que me llevaría hasta Jodhpur. El viaje no había hecho más que empezar.
Una vez más mis más sinceros agradecimientos a Sanjay, y a su amigo Chimmy por todas las atenciones prestadas y hacer de mi paso por Jaisalmer una experiencia irrepetible. Aquí os dejo sus e-mails por si alguien estuviere interesado en sus servicios, ya que van a empezar a trabajar juntos:
Sanjay: cameldriver_sanju@yahoo.co.in
Chimmy: hotelsurajjaisalmer@hotmail.com
Tfno: 09928738269
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