martes, 16 de diciembre de 2008

En obras



Justo encima de ese charco inmundo, estuvo la pasada noche una especie de camión-hormigonera funcionando nada más y nada menos que hasta la una de la madrugada. A pesar del ruido demencial y la hora que era, ningún vecino salió a quejarse ni nadie llamó a la policia. Por lo que se ve, este tipo de cosas ocurren de vez en cuando por aquí, y la gente lo asume.

El barullo nocturno es parte de la obra que desde hace unos días, están llevando a cabo en la terraza de mi edificio. De repente, de buenas a primeras ha aparecido una planta más, toma ya. Los palitroques esos, que sirven para soportar el techado, los fueron subiendo de uno en uno, pasándoselos de un albañil a otro a través de los ventanucos entre piso y piso.





Lo más desquiciante de todo el asunto es que, por lo que me han dicho, lo más probable es que se trate de una obra ilegal, más que nada porque se trabaja de noche. ¿Y por qué nadie lo denuncia? Posiblemente, los responsables ya se hayan cubierto las espaldas a base de diversos sobornos, empezando como no por el cuerpo de Policia, y la dueña del edificio.



La entrada ha quedado hecha un asco. Ya podían haber puesto algún cartelito de "Disculpen las molestias" en lugar de ese anuncio tan cutre. En la esquina superior derecha, una de las ventanas de las clases.

Es la otra cara de esta India fascinante y llena de sensaciones, la parte caótica, anárquica y impredecible, a la que nos enfrentamos cada día, pero siempre intentando mantener el sentido del humor.

Los que si parece que lo llevan todo en regla, son los de la obra por la que paso cada mañana. Mirad como llevan ya el edificio, ¿os acordáis de hace dos meses?

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