Viajar es maravilloso...
Una vez más estoy de vuelta de otra gran peripecia, con nuevas vivencias e imágenes para el recuerdo, aun frescas en mis retinas. Otra gran experiencia, corta pero intensa y muy buen aprovechada. En general he disfrutado de todos los atractivos de un buen viaje, aunque sin llegar al nivel del que hice por Rajasthan hace 5 meses. En aquel estuve acompañado durante casi el tiempo de estudiantes locales, que me acogieron y aportaron sus conocimientos acerca de la zona que estaba visitando. En este último he viajado sin compañía, aunque no me he sentido solo en ningún momento. Era como si todo el mundo estuviera viajando conmigo..no sé, una sensación difícil de explicar con palabras, como si todo estuviese interconectado y sincronizado para que yo pudiese disfrutar al máximo de cada instante.
Amanecer en Kanyakumari
“Dosa”, plato típico del sur, servido en la clásica hoja de platanero
Cierto es que también he tenido algunos momentos de agobio, por ejemplo a la hora de encontrar alojamiento, transporte, o el camino hacia tal o cual destino, pero siempre he podido salir del paso y continuar adelante. Estos pequeños baches son también parte de la magia del viaje y no se pueden evitar, y menos aquí en este país. Por supuesto, ni que decir tiene que en ningún momento he visto peligrar mi integridad. Creo que si hay algún país en el que uno se siente al 100% seguro viajando solo de aquí para allá, ese es la India.
Camino del templo más grande de la India, en Trichy
Mujeres en Madurai
Tras un largo viaje en tren desde Bangalore recorriendo el estado de Kerala y su espectacular paisaje, llegué hasta Kanyakumari, el extremo sur del subcontinente, y primer punto en mi itinerario. Desde aquí fui atravesando el estado de Tamil Nadu dirección norte, haciendo escala en ciudades tales como Madurai, Thanjavur y Trichy, famosas por sus monumentos ancestrales. Si en Rajasthan los fuertes y los palacios fueron los protagonistas, en este último viaje he visitado especialmente templos, algunos verdaderamente espectaculares. Aparte, he podido disfrutar de la preciosa costa índica, como en mi última parada en las playas de Pondicherry, la merecida guinda final del trayecto.
Vista desde el tren, atravesando Kerala
Pescadores en Pondicherry
Después de este tipo de correrías, es cuando uno se da cuenta de lo privilegiado que soy por estar en un sitio como este, y que de verdad merece la pena permanecer aquí y disfrutar hasta el último minuto. Me han venido muy bien estos cinco días fuera, la verdad. En definitiva, que me siento satisfecho y contento después de esta nueva aventura, la cual iré relatando con detalle durante los próximos días. Permanezcan atentos a sus pantallas, pues. Ahora toca seguir con las clases de nuevo, a ver si os vais a creer que aquí estoy todo el día de cachondeo, hombre.
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1 comentario:
Hola
He conocido tu blog por el anuncio que has puesto en un foro de viajes..
Mucha info (y muy buena)tienes aqui....!!!
Espero poder leerla toda antes de mi viaje a India.
Muchas GRacias...
ciao
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