Poco a poco, conforme avanzan los días en Bangalore, se va creando cierta rutina en torno a mis actividades y vivencias diarias, entre ellas el despertar por los ladridos a las 5:00, el desayuno y los buenos días a mi anfitriona y su perro salchicha, el trayecto en "autorickshaw“" vigilando por donde se tira para que no me time, y algo que siempre me pilla desprevenido por mucho que se repita: la picadura de mosquito al entrar en la oficina (¿quién dijo que sólo picaban por la noche?), generalmente tienen predilección por los dedos de las manos, o los pies cuando voy en chanclas.
Aquí donde lo veis, este minúsculo animal es el responsable de innumerables victimas cada año en toda la India, especialmente en zonas rurales, debido a las enfermedades que transmiten, como la malaria o paludismo, dengue, o encefalitis japonesa.
Para prevenirse de su picadura se recomienda alejarse las zonas húmedas y pantanosas, llevar ropas que cubran la mayor parte del tiempo, evitar las actividades al aire libre al caer la tarde), dormir con mosquitera y usar repelentes.
Aquí mi pequeño arsenal anti-mosquitos
Si alguien tiene pensado viajar aquí por una temporada corta, es posible tomar medicamentos preventivos antimalaria, como el Resochín y el Paludrine. En vuestro centro de vacunación internacional más cercano os informarán mejor de estas cuestiones. Para estancias prolongadas como la mía no se aconseja ningún tipo de tratamiento farmacológico.
El clásico palmetazo, sin duda, el método más drástico y eficaz.
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